Me dedico a la fisioterapia por vocación, pero especializarme en suelo pélvico, era algo a lo que estaba destinada. Sufrir en primera persona varias de las disfunciones por las que trato hoy en día a mis pacientes, me permitió como profesional ir corriendo a formarme para ayudar a gente como yo.

Cuando terminé fisioterapia no tenía muy claro en qué especializarme, el deporte era algo muy importante en mi vida, pero las deportistas con las que yo trabajaba tenían “problemas en su suelo pélvico” de los que nunca en la carrera me habían hablado. Y así comenzó mi camino en el mundo del suelo pélvico. Me enamoré de esta especialidad desde el minuto uno, pero también me preocupaba mucho como profesional el gran desconocimiento generalizado que había sobre esta parte de nuestro cuerpo.

Por eso, mi manera de entender la fisioterapia se basa en tres pilares: autoconocimiento, como primera herramienta para el empoderamiento de mis pacientes, acompañamiento, como forma de trabajo y guiar a mis pacientes a escuchar su cuerpo y comprender lo que les sucede. Y por último, formación, como base para que todo lo demás tenga sentido.