Este artículo que os presentamos hoy, está escrito por nuestra amiga y compañera Ruth Segura Calvo, enfermera de empresa con experiencia en formación de primeros auxilios.
Hace tiempo le pedimos a Ruth su colaboración, para concienciar sobre la importancia del conocimiento por parte de la población en general, en materia de primeros auxilios. Tenemos la certeza de que todo esto nos ayudará afrontar distintas situaciones comprometidas que se nos pudieran presentar en nuestro día a día.
En Suelo Pélvico Granada estamos convencidas de lo importante que es ofrecer una atención y formación integral de la mujer durante el embarazo y postparto. Y no nos cabe duda lo imprescindible que es el aprendizaje en primeros auxilios.
Cruz Roja estima que si al menos un 20% de la población tuviera conocimientos de primeros auxilios aumentaría el nivel de supervivencia en determinados accidentes en los que se producen hemorragias u obstrucción de vías respiratorias.
La población española cuenta con una deficitaria formación en primeros auxilios si la comparamos con otras de la Unión Europea. Apenas un seis por ciento de la población, según Cruz Roja, ha recibido algún tipo de entrenamiento en esta materia, mientras que en Noruega el porcentaje es del 95 por ciento, en Alemania y Austria es del 80 por ciento y en Islandia del 75 por ciento.
La enseñanza de primeros auxilios debería estar dirigida a la población en general, y no solo a los profesionales sanitarios, puesto que todos nos podemos ver envueltos en una situación de emergencia. Los primeros auxilios, se pueden comparar a una cadena, donde cada persona que interviene forma un eslabón que termina en el profesional sanitario; el trabajo que realice cada persona de la cadena, es fundamental para que la cadena de supervivencia siga avanzando, y cuánto más rápido y riguroso sea, facilitaremos en mayor medida la actuación del siguiente eslabón, y la vida del paciente, a nivel global.
Sin duda, estos conocimientos en primeros auxilios cobran una especial importancia cuando hablamos de los cuidados en el hogar de los más pequeños. Las mamas y los papas e incluso los hermanitos deberíamos de tener conocimiento sobre la prevención de los accidentes en el hogar, sobre cómo identificar las distintas situaciones de riesgo, aplicar técnicas de desobstrucción de la vía aérea, y técnicas de reanimación cardiopulmonar adaptadas según la edad del accidentado, y sobre cómo actuar ante las quemaduras, heridas, cuerpo extraño en ojos, nariz…etc.
Los accidentes, llamados por los expertos ‘lesiones no intencionadas’, que sufren niños y adolescentes constituyen un grave problema de salud. Son una de las principales causas de mortalidad en la población infantil española. Provocan 2.300 muertes al día en todo el continente. Además, sólo en España y durante 2014, un total de 149 niños menores de 15 años murieron por lesiones de todo tipo relacionadas con estos percances fortuitos.
En la “Guía para padres. Prevención de lesiones no intencionadas en la edad infantil” presentada por la Asociación Española de Pediatría (AEP) junto con Mapfre se destaca que 23,7% de las lesiones evitables están causadas por accidentes de tráfico. La segunda causa más frecuente son los ahogamientos (20%), en su gran mayoría, por piezas sueltas de juguetes que no pasan los controles obligatorios. A estas causas les sigue las caídas (13%), y los accidentes relacionados con el fuego, como las quemaduras o las intoxicaciones (9%). En lo que respecta a las lesiones producidas en cada etapa, es importante el momento de desarrollo en el que se encuentre el menor, que dará lugar al predominio de una lesión u otra. Así, entre los 6 meses y los 3 años destacan las caídas, los golpes, los atragantamientos y las quemaduras producidas, en su gran mayoría, por la tendencia de «llevarse todo a la boca», utilizar andadores (siempre desaconsejados por los pediatras), y jugar con juguetes no homologados.
Por todo ello os invito a que aprovechéis esta oportunidad, para empezar a formarnos en prevención accidentes en el hogar y primeros auxilios ya que saber actuar en caso de urgencia y, además, hacerlo correctamente, puede salvar la vida de un niño que se ha accidentado.